NARCOS VENDIENDO DROGA POR INTERNET?

La organización que fue desmontada en España vendía cocaína y hachís a través de la red, en una operación que prometía total seriedad.!!! Click en Leer mas y comentar... ‘Vendemos cocaína de varias clases. 60, 70, 80, 90% de pureza. Para particular y revendedores. A buenos precios. Total seriedad. Abstenerse curiosos. Interesados enviar e-mail’. Tan descarado parecía el anuncio, publicado en foros y chats de internet frecuentados por jóvenes y adolescentes, que los policías creyeron inicialmente que sería un simple timo, un reclamo para incautos. Pero no. El anuncio respondía a lo que prometía: ‘total seriedad’. Los camellos también se han apuntado a las nuevas tecnologías. Han descubierto internet como instrumento para la venta y distribución, sobre todo de cocaína y hachís. La Brigada Central de Estupefacientes así lo ha constatado tras un año de investigaciones que se han saldado con la desarticulación de una trama que comercializaba la droga a través de los foros y los chats frecuentados por jóvenes y adolescentes o bien en páginas de anuncios clasificados. ‘Los clientes hacían su pedido por la red y al poco tiempo recibían la mercancía. Es la primera vez que descubrimos un entramado de este tipo’, aseguró uno de los responsables de las pesquisas. Las investigaciones han atacado los tres escalones que constituían la trabazón de los cibernarcos: el grupo de distribuidores que utilizando internet vendía la droga a los consumidores; los proveedores que surtían de cocaína, hachís y marihuana a los anteriores; y, en tercer lugar, los traficantes que se dedicaban a introducir la droga en el país. El Grupo 34 de la Sección Tercera de la Brigada Central de Estupefacientes de España ha desarrollado su labor en cuatro fases sucesivas a lo largo de un año. La Operación Desierto --por el nombre en clave que usaban los cibernarcos-- ha supuesto el desmantelamiento de la red, bajo la supervisión de Eloy Velasco, Juez de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. ‘Los traficantes utilizaban las múltiples posibilidades que ofrece internet para dar publicidad a las drogas que ofrecían y, posteriormente, concertar on line las citas para proceder a la compraventa’, según un mando policial. Y lo hacían sin el menor pudor: ‘Porros, polen virgen, cocaína. Sólo gente de fiar. Grandes precios para revendedores’. Insertaban sus reclamos en páginas tan inocentes como Campusanuncio, Habitamos y Segundamano. Pero también en foros y chats donde habían encontrado un buen caladero entre jóvenes y adolescentes quinceañeros, o bien empleando IRC (protocolo de comunicación en tiempo real a través de texto), utilizando canales creados expresamente o bien usurpando los creados para otros fines. Todas las herramientas de la web Además, los investigadores han comprobado que los delincuentes abrían blogs o páginas web específicas que no están sujetas al control de ningún administrador. ‘A fin de concretar las ventas, los camellos empleaban distintas formas de comunicación privada, tales como el correo electrónico, Messenger, voz sobre IP, redes sociales e incluso mundos virtuales’, según la Policía. Al mismo tiempo, los traficantes también se valían de todas las herramientas existentes en la red para dificultar su localización. Para ocultar las comunicaciones, se servían de conexiones desde cibercafés, cuyos propietarios borran cada día el rastro de sus clientes para impedir la introducción de virus o troyanos en sus sistemas, o bien servidores de internet radicados en países en los que la policía española no tiene jurisdicción, por ejemplo en Taiwan. Sólo uno de ellos había realizado un cursillo de informática, pero todos son muy hábiles en el manejo de las nuevas tecnologías, gracias a las muchas horas que pasaban a diario ante un ordenador. Eso les permitía conocer tácticas como los anonimizadores, los encriptadores, los remailers y la esteganografía, todas ellas técnicas que permiten el ocultamiento de mensajes de modo que personas ajenas no se aperciban de su existencia. El arranque de las investigaciones data de febrero del año pasado, cuando la Brigada Central de Estupefacientes interceptó un paquete postal procedente de Colombia que contenía 900 gramos de cocaína. Entonces fue detenida la persona que acudió a hacerse cargo del paquete. En marzo de 2009, los agentes atacaron a una de las ramas de la red que abastecía de mercancía a los cibernarcos. Fueron detenidos cinco individuos, entre ellos los encargados de meter cocaína desde la República Dominicana, y otros que vendían la droga en el barrio madrileño de Lavapiés. En los meses posteriores, los policías desarticularon otro de los tentáculos de la organización, cuyo cometido era introducir cocaína desde Colombia para distribuirla en Cataluña, el sur de Francia, Madrid y al grupo de cibernarcos. En esa ocasión, fueron decomisados cuatro kilos de estupefaciente, medio millón de euros, joyas y ordenadores, además de ser descubierto un local que servía de centro de manipulación y adulteración de la droga. Entre los detenidos estaban varios colombianos encargados de recibir la mercancía en España y los traficantes españoles, que habían llegado a acumular un abultado patrimonio inmobiliario, grandes sumas en metálico y varios vehículos de lujo, según las fuentes informantes. La última fase de la Operación Desierto ha culminado hace poco con el desmantelamiento de la red de venta de drogas por internet, tras identificar y localizar a los principales distribuidores on line y a quienes les suministraban los narcóticos. En conjunto, la Policía ha puesto a disposición judicial a 29 personas, entre ellas a siete mujeres, durante las sucesivas redadas efectuadas a lo largo del año que han durado las pesquisas. Son españoles, marroquíes y colombianos. Entre ellos hay uno, residente en Girona, que está emparentado con Juan José Moreno Cuenca, El Vaquilla, célebre delincuente juvenil barcelonés que falleció en diciembre de 2003 tras una vida de reformatorios, cárceles y persecuciones de la Policía. Su pariente, en cambio, ha logrado amasar un cuantioso patrimonio en el que no faltan los caballos de raza. “Servimos pedidos a toda España” La Policía ha detenido en la última fase de la Operación Desierto a nueve hombres, entre los que hay varios que apenas han cumplido los 18 años. Eran los cibernarcos, el último eslabón de la cadena, los encargados de hacer llegar la droga directamente a los consumidores o bien a otros traficantes a pequeña escala. El grupo estaba constituido por cinco marroquíes, un colombiano y tres españoles. Uno de estos últimos, residente en Madrid, era experto en la creación de páginas web a través de las que insertaban los anuncios de venta de cocaína y hachís. El equipo tenía su base de operaciones en locutorios del barrio de Lavapiés, en Madrid, y en esa misma zona era donde solían realizar las entregas de la droga a los consumidores. Pero tampoco ponían reparos a desplazarse a cualquier punto de España para servir otros pedidos, aunque en estos casos se trataba de alijos de alrededor de medio kilo. La Policía, durante las investigaciones, ha comprobado que los cibernarcos viajaron en varias ocasiones a Burgos, Valencia, Toledo y Murcia para satisfacer las demandas de los clientes. Los nueve componentes del grupo están en libertad con cargos por orden judicial, debido a que en su poder se hallaron pequeñas cantidades de droga. Sin embargo, muchos de los demás miembros de la red están en prisión no sólo por narcotráfico, sino también acusados del delito de blanqueo de capitales. Según estimaciones de los investigadores policiales, los colombianos que estaban en los escalones superiores de la trama criminal movían semanalmente en torno a los 30 ó 40 kilos de cocaína.

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